Demo Site

martes, 20 de abril de 2010

el Sexo como herramienta de ventas




Comprar y vender es una actividad natural entre las personas. Básicamente compramos satisfactores, cosas que necesitamos para vivir, para corregir o para mejorar cualquier aspecto de nuestra vida.

Un carro tiene como función esencial trasladarnos de un lugar a otro, cosa que no hace eso, no es un vehículo, la cuestión viene en que ya teniendo un auto que cumpla la función primaria, luego vienen los valores añadidos: Que tenga radio, que sea más seguro, que tenga dirección hidráulica, que cuente con GPS, que pueda manejarse por voz... que sea un Bentley.

La mayoría de los valores añadidos a la esencia del producto son los que definen la preferencia del cliente. Todos respondemos a aquello que nos atrae más, por las razones que sean.

La satisfacción que da obtener un producto con el valor agregado que nosotros queremos es un factor importante en nuestra decisión de compra, por eso los publicistas suelen buscar aquello que nos satisfaga o atraiga más. Si el producto ofrece satisfactores valiosos y diferenciados del resto, entonces ya tiene una clara ventaja sobre la competencia.

¿Pero qué pasa si no tiene nada realmente explotable? Una buena respuesta es ofrecer satisfactores subjetivos.

Los satisfactores subjetivos son aquellos que no forman parte del producto por sí mismos, más bien son en función del cliente, que los generará al obtener nuestro producto.

El satisfactor más generalizado entre los hombres es el que tiene qué ver con el sexo. Todos sentimos atracción al sexo alguna vez en la vida. Es lo natural. Pero no funciona igual en los hombres que en las mujeres.

Los hombres pensamos más en sexo, somos visuales, nos llama la atención una mujer sexualmente atractiva aunque no nos interese quién es. La vista nos seduce.

Las mujeres no se excitan simplemente con ver a un hombre desnudo, ellas deben ser seducidas.

¿Entonces por qué se explota tanto la imagen femenina para vender?

La respuesta es más fácil de lo que parece.

El hombre atiende la figura de una mujer sensual. Cuando ya tienes la atención de él, entonces le ofreces el producto, como ya está atraído, es más fácil que compre.

La mujer responde a un nivel aspiracional. Todas quisieran tener un cuerpo como el de las modelos que aparecen en las revistas. Aunque ni ellas lo tengan, gracias al Photoshop.

Entonces, ofrecer publicidad enmarcada en temas sexuales siempre va a funcionar diferente entre los hombres y las mujeres, pero siempre va a funcionar.

La foto es crédito de Alfonso Romero, y no, no tengo el teléfono de ella.

0 comentarios:

Publicar un comentario